~ TERESA SÁNCHEZ de MORA ~
Teresa Sánchez de Mora, malagueña de 23 años, estudia Medicina en Granada y ha tenido la oportunidad de aprender sobre medicina, y mucho más, lejos de los libros y apuntes.
La carrera ya se hacía larga, así que decidí irme de Erasmus y acabé el curso en marzo, por lo que pude ir a visitar a mi familia a Río Branco, en Brasil, donde mi padre estaba trabajando como médico en zonas necesitadas. Esa estancia de poco más de un mes, totalmente inesperada, me hizo vivir momentos únicos y conocer personas increíbles, como las hermanas Pilar y Belén, que llevan toda la vida en esta región al borde del Amazonas, dando su vida de manera silenciosa. Inmediatamente me puse a disposición de lo que necesitasen, y a pesar de no tener ni idea de portugués, no tardé en irme por caminos llenos de barro visitando a la gente casa por casa, o río arriba para conocer las comunidades amazónicas. La vida sencilla de esa gente, su acogida, el hecho de que mataran a su única gallina para que comieras tú, hicieron que no echara nada de menos la comodidad de mi vida en España. Me hubiera quedado con gusto allí. Fue un mes de aprendizaje continuo, una experiencia fuerte que se hizo mayor al compartirla con mi familia. Pero Dios me tenía guardada otra sorpresa: África.
Supe que un grupo de amigas de Madrid estaba organizando un viaje a Kenia y Tanzania, y sin dudarlo, me apunté. Fue otro mes de experiencias fortísimas. Intentamos ayudar en todo lo posible: jugando con los niños de los orfanatos, dando clases de inglés, recogiendo maíz… Lo que nos pidieran. Allí también aprendí muchísimo: a vivir con poco, a ceder, a intentar darme al máximo pese a la dificultad de algunas situaciones, o a vencerme a mí misma. Por ejemplo, intentando dar clases a pesar de mi poca paciencia. Pero la sonrisa de los niños, hacerles sentir especiales, compartir el día a día con gente tan sencilla y aprender de su cultura, me marcó en lo más hondo. Ahora, de vuelta al “mundo real”, no puedo dejar de recordar estos meses que han sido tan importantes para mí. He vuelto diferente; con mis defectos, como siempre, pero con una conciencia social mucho más clara y mi vocación mucho más fuerte, y quiero pensar que un poquito mejor persona. Doy gracias cada día por las oportunidades tenidas este año, y estoy deseando acabar de formarme para volver y poder ayudar ¡mucho más!
Teresa Sánchez de Mora.
Publicado en la revista Ciudad Nueva.